21 jul 2008

El instante de Masha

Como de costumbre, Masha bajaba a la parada de autobuses de su casa. La espera oscilaba entre 20 ó 40 minutos (a pesar de que en el cartel pusiera que como máximo tarda 20 minutos cada autobús). De todas formas, Masha es una chica paciente y tranquila. Ella llegaba a la parada, si era posible tomaba asiento, si no se quedaba de pie sin ningún problema, y se perdía entre sus pensamientos.

La mente de esta chica es tan sumamente eficiente que en ocasiones las horas se le pasan volando. Es capaz de ponerse a pensar en una cosa y tirarse los 40 minutos de espera dándole vueltas. No tiene prisa a la hora de pensar. De hecho, le encanta hacerlo, quizás por eso sea una mente tan eficaz.

En el colegio para mayores (universidad) le va muy bien. Es una de esas personas que van curso por año, e incluso se permite el lujo de poder hacer cursillos y otras actividades al mismo tiempo.
En cuanto a su vida personal, no es de extrañar que también le vaya fenomenal. Una vida estable, con sus padres y su hermano pequeño de 6 años.

Sabiendo estos datos, se deduce que habrán muchas cabezas pensantes que sientan algún sentimiento hacia Masha. La envidia y los celos son los más representativos. Cada vez que Masha saca otro notable en alguna asignatura, ella se percata de las sonrisas y ánimos falsos que sus compañeros le envían.

- Masha, ¿cómo te ha salido el examen? ¿Qué has sacado?
- Bien, gracias. Un ocho con cinco, ¿y tú?
- Ah...bien...felicidades. Nada yo un cinco y medio. Bueno, me voy. Adiós

En esos
instantes Masha siente una sensación incómoda, difícil de explicar con palabras. Ella se siente bien por su nota, pero en ese momento, su compañero le ha hundido.

Ella sabe que no pasa nada, en llegar a casa y contarle a sus padres la buena noticia, ellos se sentirán contentos y le felicitarán de verdad.
Pero, parece que al llegar a casa, el panorama es distinto. Esta vez, Masha se encontró una situación desconcertante. No había nadie en casa.

Enseguida llamó a sus padres para preguntarles, o mejor dicho, exigirles una explicación de por qué no estaban en casa. Esas ansias por querer contar la buena noticia y necesitar el apoyo de sus padres le dieron el aire de superioridad en la llamada.

- Papá, ¡¡¡se puede saber dónde os habéis metido!!!
- Masha, estamos en el médico, con tu hermano.

Masha, se quedó descolocada y esa rabia contenida se convirtió en dudas y miedo.

- Al final, lo han llevado al médico - se dijo a si misma mientras se echaba las manos a la cabeza.

Semanas atrás, el colegio avisó a sus padres de ciertas conductas inapropiadas de su hermano. En el recreo no jugaba con nadie, aún cuando sus compañeros le insistían para que jugase él se enfadaba con ellos. Hasta que en una ocasión pegó a uno de sus amigos. En clase, cuando todos se sentaban por parejas, la profesora, tras varios intentos, tuvo que sentar al niño solo. Era incapaz de hacer amistades, siempre se encontraba sumergido en su mundo, y se enfadaba cuando alguien trataba de sacarle de el.

Por tanto, los padres alarmados, comenzaron a fijarse con detalle en el comportamiento de su hijo. Pudieron comprobar esas conductas inapropiadas de las que hablaba la profesora y, decidieron llevarlo al médico.

Con esto, Masha sumó otro más a su lista de instantes. Y pensaba:
...Cómo me he podido dejar llevar por el gesto de un compañero, que solo es compañero, no llega ni a ser amigo. Por qué me he sulfurado al entrar en casa y ver que ésta estaba vacía. Cómo he sido capaz de anteponer una nota a la salud de mi hermano...

Masha se sumergió entre todas éstas preguntas, se metió en su mundo, en su mente, en sus pensamientos...mientras estaba en la parada de autobús, esperando a que viniera, para dirigirse al hospital donde estaba su hermano...

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3 comentarios:

Unknown dijo...

Entonces...este blog es tuyo Merche?
Vaya...me ha sorprendido gratamente tu faceta de escritora :) no sabia que escribías tan bien! me encanta lo que he leído, aunque tenga poco tiempo de vida este blog seguro que aun nos quedan muchas cosas por descubrir.

Bueno muchos besos y sigue escribiendo!

Por cierto, te echo de menos ;)

Micela dijo...

patry??? patry patry??? eres tu?? vienes a por mi?? quién te envía??? jaja

Tienes blog?? por qué no me deja entrar??

Bueno...te echo de menos si...a ver si quedamos pa tomarnos un heladito 8-)

Unknown dijo...

Jajajaja sí, soy Patry Patry XD

No, o tengo blog,me hice la cuenta para comentar en los blogs de amigos y eso :)

Siiiii! yo quiero quedar!

Besos!